miércoles, 2 de septiembre de 2020

No te escondas. No te vayas. No te mueras.

Hay días que los vacíos vienen acompañados de esos dolores que la soledad trae como si fuera una suave ventisca. Hay días que quisieras que alguien te dijera un "Hola" o un "¿Estás bien?". No recibes más que una profunda soledad que te retuerce las entrañas y te hace pedazos el corazón. Cuando esos días vengan, es bueno salir y hacer que esa mente no piense tanto en ese cuarto con cortinas cerradas y lleno de oscuridad. Es mejor salir y llenar esos pulmones tristez con aire fresco que te pueda hacer sentir vivo. Ese aire que te haga meditar el porqué estás vivo o viva. 

No te quedes en la casa. Sal y vive un momento la belleza de estar en este planeta. Hay muchas personas ya en cama que quisieran poder salir de esos hospitales, pero no pueden. Están ahí... atadas. Algunas de estas personas están solas. Sí, solas porque no tienen amigos o familiares que las lleguen a visitar. Hay otras que tienen la familia o excelentes amistades, pero es tan grande su soledad interior que nada los puede llenar. Si piensas que con cometer una locura, vas a dejar todo atrás, piensa. Respira y busca algo o alguien que te pueda ayudar a conseguir esa paz que te hace falta. La vida es un sin fin de sorpresas. La vida vale la pena vivirla mientras tengamos ese aire en los pulmones. 

Alejandro Ayalá
PENSAMIENTOS
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Photo by Hans Eiskonen on Unsplash 

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