Simplemente sé que estoy loco
Porque hoy desperté de madrugada queriendo tus
labios de desayuno
Ya que la lejanía de tu calor y la sensación de
tus curvas hacen hambre en mi alma,
Y aunque nunca te lo diga, es tan duro padecer de
hambre por la ausencia de tu boca o de todas tus caricias. Por eso, la apetencia
que me genera el destierro de tu embocadura, me provoca además del hambre, una
sed insaciable que ni el agua puede sofocar.
Si tan solo fueras mi desayuno…
Te contemplaría sobre el plato de la cama y
lentamente con mis manos me nutriría con cada cucharada de tu esencia, pero…
¿Cuándo volverás manjar de mi amor?
Serias siempre mi alimento desde tan temprano
hasta la última luna del anochecer… En realidad, desde que te estás preparando puedo
percibir esos aromas que me piden buscarte para deleitar mi avidez por ti, y de
tal manera, consumir tus facetas de sabores que van desde tu piel hasta lo más
profundo de toda tu ánima.
Alejandro Ayalá
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