En esta obra LOS ACABADOS, Alejandro Ayalá nos sorprende con una poética realmente dibujada con trazos de conciencia social, donde señala puntualmente todo el conjunto de flagelos, que mantienen nuestro El Salvador a la deriva, perdido entre las manos de la miseria política, la corrupción y la injusticia.
Un lamento profundo del poeta por su patria convertida en una fuente de perversidad, donde crece el crimen, la impunidad, la malversación de fondos, entre otros males que nos llevan a ser limosneros, esclavos, dependientes de cualquier transeúnte que nos dé para pagar las deudas.
En LOS ACABADOS, muestra Alejandro Ayalá esa bandada de iconoclastas que se empeñaron en derrumbar todos nuestros auténticos valores del pueblo.
Es la desesperanza, el trozo de corazón que queda en gajos al marcharse nuestros seres queridos hambrientos, sin futuro. Son los acabados por esa corrupción que ahoga todo el sistema, que pervierte las bases democráticas y ya ni en los procesos electorales encontramos una posibilidad de cambiar las cosas. Adecentar el país.
Una gran obra LOS ACABADOS, que marcará un antes y un después en la poética salvadoreña. Un poeta que decide denunciar, acusar a los que nos destruyen la moral y la dignidad con sus malas acciones políticas… y nos dice Alejandro Ayalá: “El que elige corruptos no es una víctima, es un cómplice”.
Fredy Ramón Pacheco