Desperté con tu poesía hecha música
y como el cigarro al fumador o el alcohol al bebedor,
tu arte se volvió mi vicio.
Conocí a mi primer amor el cual junto a la Playa Girón,
me inspiraron a gastar mucho papel....
y que dicha melodía era la alarma para despertar a mi amada por las madrugadas...
Y paso a paso tus letras fueron minando mi lápiz y papel
porque evocaste la pasión de plasmar lo que siento
por el amor de las venusinas o el dolor de un pueblo
que no sabe de libertad.
¡Ay de aquel Martín!
Vivimos tanto el presente, pero parece
que no hemos terminado todavía de digerir el pasado
y de ti aprendí a escribir
un poco de albedrío para la caterva de los sin voz.
Sin el arte que sale de tu lexía,
muchos no sabrían de la triste realidad
que conlleva vivir un amor
o combatir con la guerrilla para manumitir
el hambre de los pueblos sin dicción,
pero los que escribimos ya sea poesía
o como tú, poesía musicalizada,
podemos hablar a los pueblos del mundo
y expresar la poca pluralidad
que existe entre los poderes de los gobiernos.
¡Sí... Señor Rodríguez!
¡Cuánta historia por recolectar y tanta canción por analizar!
dentro del repertorio de los sortilegios
que has dejado impregnado en tanta generación.
Alejandro Ayalá
Muy bonito.
ResponderEliminarGracias Alba y agradezco que me leas. Ten un lindo día.
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